sábado, 11 de agosto de 2012

Festejando la Vida

Cada día, cuando abro los ojos, ellos están allí, festejando la vida. No importa si hace frío, si las sierras están blancas de nieve o el calor (aún en estos inviernos secos) no evade del abrigo.
Ellos están aquí, siempre atentos a cualquier gesto, esperando simplemente una palabra, una caricia.
Hace pocos minutos leía algo en facebook que me pareció importante y, que de seguro, muchos no compartiran, pero yo si...plenamente, alguien puso que se puede ser padre e hijo en diferentes especies. 
Tal vez muchos no entiendan como se puede amar tanto a los perros. Quien no los conoce no sabe que son muy especiales. También  los gatos..y  los caballos, en general a todo animal que se acerque a nosotros buscando un refugio. 
¿Se los puede calificar como hijos? yo lo hago. Quienes supongan que esto significa no amar al ser humano no ha comprendido nada. Porque tengo hijos humanos, y los amo con todo mi corazón. Lo que no invalida adoptar a otros seres.
Quizás se me critica ponerlos en el mismo rango. Critiquen cuanto quieran, yo los pongo así. Y me pregunto ¿por que la vida de un humano vale más que la de un perro por ejemplo? ¿acaso no es vida? Se castiga a los hombres y mujeres que maltratan o torturan o asesinan a otra persona, ¿porque no se hace lo mismo cuando (muchas veces para ganar dinero, otras por pura crueldad) se maltrata, tortura o asesina a un animal?
Ellos están expuestos como niños pequeños o ancianos, están expuestos por su ausencia de maldad. Confían, se acercan, y a veces, manos predadoras los lastiman sin la mínima compasión. 
Supongo que muchas personas aún no comprendieron a la naturaleza, de verdad que no la aman, y mucho menos la respetan.
Además, ¿alguien tuvo noticias de algún perro corrupto, algún gato pedofilo, algún caballo asesino? Si matan, jamás lo hacen por placer, o por dinero y poder, tal vez por hambre.
Su lealtad conmueve, por lo menos a mi me conmueve, su eterno amor, su atención a nuestra tristeza o alegría. Y ese maravilloso estado de niñez constante.
Los quiero con el alma, porque aún en los momentos difíciles me dan ejemplo, aún en los momentos en que pierdo la fe, o me deprimo con realidades, aún cuando me digo "este mundo al final es una mierda", o cuando despierto a la mañana bajoneada, porque están aquí -como dije al principio- recordándome que cada día es importante, cada amanecer, ellos abren los ojos festejando la vida.