¿Qué podría agregar luego de la (como de costumbre) impecable
nota de Eduardo Aliverti titulada “Después del 8N? pag.12 12.11.2012
En todo caso ensayar una catarsis frente a la
avanzada destituyente de quienes no soportan la democracia.
8N, fecha anunciada y convocada miles de veces por
el Grupo de Magnetto, el PRO, los nostálgicos milicos golpistas, el delirante
nazi Biondini, la Sociedad Rural, los antipatrióticos fondos buitres, y los que
añoran subir a cualquiera de esas categorías…los de siempre.
Por edad, por historia y por referencias, no pude
menos que sentir una incómoda sensación estomacal frente a las imágenes repetidas
en los canales de televisión. Una multitud sibilina descargando su rencor con
sincero descaro. No concuerdo con la descripción de “hechos aislados” en referencia a los golpes e
insultos a los trabajadores de Prensa que cubrían la marcha. Eso es lo que son,
el puro odio –que hoy se repite- como en el 55, como el apoyo “al campo” y el
rechazo a la 125, y como el silencio cómplice cuando la genocida dictadura alentó
la frase del “algo habrán hecho”.
Quienes el 8N no fueron a expresarse en ese sentido,
no ignoraron sin embargo que eran funcionales al brutal odio gorila.
Recuerdo mi horror en los momentos en que gran parte
del pueblo chileno salía a apoyar al asesino Pinochet, me decía (esto aquí no
pasa), las impresionantes movilizaciones en nuestro país son defendiendo los
derechos humanos. Quizás se deba a que la derecha chilena es más sincera, acá en su momento, sintieron pudor de expresar que les importa un pito los desaparecidos. Pero claro, todo
tiene un límite y para ellos que gane nuevamente Chávez en Venezuela y que
Cristina siga privilegiando a los que menos tienen es una clara advertencia que
sus intereses mezquinos pueden verse afectados.
No me extrañó –por lo tanto- observar las miradas
amenazadoras ni escuchar los insultos reiterados de quienes fueron a defender “sus
derechos” que ponen por encima y ante cualquier necesidad de los negros que son
vagos y las negritas que se embarazan para cobrar la AUH. Es lógico por lo
tanto que defiendan a Clarín, es verdad que el grupo monopólico marca la
agenda, pero, ¿porque esta parte de la sociedad es idiota y no piensa o porque
de verdad Clarín, La Nación y Perfil dicen
lo que quieren escuchar?
Son los hijos y los nietos que pisaron felices las
calles de la Argentina cuando la revolución libertadora, los que se alegraban
en sus casas del golpe de Videla & Company, los que admiran a la Sociedad
Rural aunque como alguien dijo, no tienen más tierra que el de sus macetas. Se
sienten distintos, otra clase, la que tiene derecho a todo y que los demás se
jodan por pobres, vagos y mal entretenidos.
De nuestro lado el sueño constante
de un país mejor, de un mundo mejor con lugar para cada habitante del planeta.
Si claro, somos mayoría, tendremos que demostrarlo.
Cuestión de intereses, simplemente eso.
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