sábado, 2 de julio de 2011

SEIS EN EL SIETE A LAS OCHO

Comparto la autoría de esta nota con J.M.Parisi, un militante comprometido desde siempre con nuestra realidad. Inteligente, sagaz, Parisi (Pucho) hace un análisis en profundidad del rol de los medios y de –en algunos casos- el nulo compromiso de algunos dirigentes políticos con desenmascarar las mentiras de la oposición.


6, 7, 8


Hoy recordábamos con un compañero, los sucesos acaecidos durante el conflicto con el “campo”: un grupo de sojeros agrupados en la Sociedad Rural que, con la complicidad –incomprensible- de algunos sectores autoproclamados progresistas; intentaron desestabilizar el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Debemos ser sinceros y reconocer, que más allá de un sector de la población atravesada intelectualmente por la ideología neoliberal; hubo otro sector que actuó influenciado y desinformado por Canal 13, Radio Mitre y TN.
La noche de la votación, canal 7 –la televisión pública- realizó un programa especial, lo recuerdo porque me impactó un concepto que desarrollo el prestigioso José Nun (por entonces Secretario de Cultura de Presidencia de la Nación) en su charla con el compañero periodista Raúl De la Torre, Nun aseveró: Cometimos un error y creo que fue comunicacional, no salimos a explicar lo que realmente significa la 125. Me impactó –repito- porque era lo que veníamos pensando y comentando con algunos colegas desde días atrás.
A partir de allí el gobierno nacional cambió su estrategia, y creó 6,7,8,, además con la propuesta para una nueva ley de medios de comunicación audiovisual, salió a la calle, recorrió las provincias, las plazas, el país, derribando una a una las infamias.Y también en este sentido muchos funcionarios (como por ejemplo Aníbal Fernández) salen a refutar y pulverizar los ataques a nuestra Presidenta.
Y fue entonces (al confrontar públicamente la verdad para desmontar la mentira) que el pueblo empezó a conocer realidades hasta ese momento desconocidas.  En esto, 6,7,8 debería ser un ejemplo para todos, ya que suele resultar incomprensible que en algunos ámbitos, se aplauda (y mire noche a noche) el programa, y luego en su propia realidad (provincial o local) se adhiera a otras metodologías más parecidas al avestruz escondiendo la cabeza que a la confrontación de la realidad con las mentiras de cloaca. 
A partir del cierre y presentación de listas, en Merlo solemos escuchar ataques, difamaciones e irrealidades de todo tipo, poniendo en riesgo no solo el buen nombre de las personas sino, y sobre todo la construcción de la política.
Preocupa también, la indiferencia con que toman estas desinformaciones algunos candidatos, -tal vez desde la autosuficiencia- o creyendo que tienen “la vaca atada”. Olvidando que en muchísimas ocasiones, -sobre todo si de política se trata- el que calla otorga.

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