Caparrós se declara ‘harto de los años setenta’, con la indignación del dueño de casa que ve un intruso en su bello jardín. Horacio Vertbisky
Una vez más sufrimos el ataque de un izquierdista arrepentido como es el otrora montonero Martin Caparros. Tal cual lo señalara en mi artículo “antipatriotas”, estos socialistas blancos o de salón, con un notorio desprecio por su país y por el pueblo que se expresa democráticamente, eligiendo con el 54,11 por ciento de los votos a Cristina Fernández quien, continuadora del Proyecto que iniciara su esposo –Néstor Kirchner- a partir del 2003, recupero 5 millones cuatrocientos mil puestos de trabajo, aumento del estudiantado y la salud a partir de la Asignación Universal por hijo y para embarazadas. Regresaron al país (y continúan regresando) científicos que habían partido a otras naciones, se jubilaron 2 millones doscientos mil trabajadores y amas de casa más, con 2 aumentos anuales por ley. Se logró el casamiento igualitario, cientos y cientos de empresarios que se encontraban al borde de la quiebra no solo recuperaron sus fábricas sino que además hoy exportan.
En la reunión del G-20, con la genialidad que la caracteriza, nuestra Presidenta puso las cosas en su lugar en cuanto al error de los líderes de los países más desarrollados, que insisten en agobiar a sus propios compatriotas en beneficio de los bancos cuervos. Es admirada por gran cantidad de presidentes del mundo a través de su labor continua por el bienestar de los pueblos y de la paz. Luego de este panorama que solo intenta pintar parte de la situación de la Argentina, ya que los logros son muchos y no hemos nombrado a todos, cuesta entender tanta necedad y odio. Quizás Vertbisky dio en la clave cuando dice que Néstor y Cristina –militantes de los 70- no estuvieron de acuerdo con la lucha armada de aquel momento, y sin embargo son quienes promovieron (y promueven) el juicio a los represores, quienes ya en la cantidad de más de 200, se encuentran presos en cárceles comunes con penas de prisión perpetua. Cabe destacar que se ha logrado la captura y castigo de nombres tan tenebrosos como Jorge Videla, y Alfredo Aztis. Martin Caparros, como algunos/as otros que parecían los voceros de la democracia y el progresismo, en vez de sumarse a un periodo innovador que busca cumplir los ideales por ellos promovidos, han sentido que perdieron “su lugar mimado de vedettes rebeldes”, con la indignación del dueño de casa que ve un intruso en su bello jardín. Actúan en el peor sentido, salen al exterior a difamar al gobierno, haciéndole el juego a aquellos a los que dijeron combatir toda la vida.
En el mismo sentido, -pero con coherencia- la derecha sigue atacando. Parecen no entender el mensaje que dio el pueblo el pasado 23 de octubre, y promueven la descalificación desde cualquier ángulo. Tal el rol de la “rubia tonta” -hablo de la diva Susana Giménez- quien promociono con intensidad al presidente Menem y actualmente a Mauricio Macri, dos exponentes de la vagancia, la idiotez y la derecha superflua. Hace horas nomas, se quejó en su programa de televisión sobre que el gobierno no le permite comprar dólares “y yo pago todos mis impuestos”. Una nueva decisión gubernamental exige a los compradores, comprobante de sus ingresos para evitar el lavado de dinero.
Lo que la Giménez no cuenta, es que todo lo que gana (400.000 $) mensuales los ubica en una SRL, a su nombra declara solo $50.000 por año, o sea $4.000 por mes, por lo que a su nombre no se le pueden vender los dólares que pretende; pero ella insiste –y aprovecha- para desprestigiar al Gobierno. En su pretendida estupidez (que no siempre es una postura) tampoco confiesa que ya compro 2,6 millones de dólares los que de seguro saca del país y los lleva a EEUU –país de sus amores-. Insiste frente a las cámaras de tv que hay que comprar dólares porque nuestro país nunca fue confiable. Mal asesorada tal vez. Es probable que el dólar vaya perdiendo su valor y –como recomiendan muchos economistas serios- sea mucho más conveniente invertir en terrenos, viviendas, oro o yen si se prefiere una moneda extranjera. Los que creemos en la propuesta actual de nuestra Patria apostamos al peso argentino.
Lo penoso de la situación es las cercanías que se van tejiendo entro “los progres enojados” y los oligarcas de siempre. ¿O será que siempre fueron lo mismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario