martes, 12 de junio de 2012

Ay Flor...Flor...ya no sos nuestra florcita


Cuando chica soñaba con mi cumpleaños de 15. Era muy común en esa época, no como ahora en que las pibas (y bien que hacen) prefieren un viaje, o una motito u otro tipo de cosas. Pero yo no, durante años imagine el vestido, los amigos en el salón y un baile majestuoso, de princesa.
Mi padre se volvió a casar al poco tiempo de separado de mi madre. Y mi bronca no era esa sino, que aquella mujer que a mí me trataba con guante de seda era todo lo contrario con mi hermano menor, por eso me le plante un buen día y le cante las cuarenta. Es cierto, con alguna puteada incluida. Por ese gesto fue que ya no salí los fines de semana del colegio en donde estaba pupila.
Recuerdo muy dolorosamente la tarde (dos semanas antes del 12 de septiembre) en que mi padre llamo al internado. –Lorena, tu papa al teléfono- me aviso la hermana Teresita.
La conversación fue corta -¿queres tu fiesta de cumpleaños?-,
-sí, claro-
-bueno, entonces le pedís disculpas a Celia-
-no-
-¿no?-
-no-
-entonces olvídate de la fiesta-
De todos modos me hizo llegar un libro de historia antigua (que me encantaba) con figuras de colores. Mi madre vino ese día de los 15, me trajo 15 flores preciosas, una torta y muchos sándwiches de miga. Ella no podía sacarme del colegio. A la tardecita compartí la comida con mis compañeras aunque tragar me era dificultoso por las lágrimas.
Ya sé, era simplemente una fiesta. Pero para mí resultaba importante sin embargo, el amor por mi hermano superaba cualquier otro interés.
¿Vos Florencia, no amas a tus casi cuarenta millones de hermanos?
No me importa que participes en bailando por un sueño, puede que muchos no estemos de acuerdo pero después de todo, es tu laburo. Sabemos que te castigaron mucho, que el monopolio es cruel y trata de destruirnos cuando nos oponemos a sus intereses; pero aquí millones de argentinas y argentinos estábamos para bancarte, sobre todo Cristina, con su afecto y el reconocimiento de la lucha desde cualquier ámbito.
Pero le pediste perdón a Clarín! En Radio Mitre! Con Tenembaun! Como si agacharse ante el opresor aliviara tus males. Te cuento que ellos nunca olvidan, nunca, saben quién sos y jamás confiaran en vos, solo pueden usarte. Elegiste eso y me apena mucho. También me avergüenza. Cuando se sufre uno mira a su alrededor, en donde los pares nos conmueven con las historias más dolorosas, aún más que las nuestras. Y nos abroquelamos para hacerle frente a las tormentas. ¿Sabes? Se sale de las tormentas, porque somos muchos y solidarios. Si en cambio das la espalda soportas el viento un ratito nomas, luego caes de boca contra el piso. Ojala no sea tu caso, ojala te des cuenta a tiempo, ojala regreses.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una lastima. Me gusta mucho Florencia Peña pero equivoco fulero. Dios quiera que recapacite y no se vaya de este espacio que la quiere y la contiene. Veremos que pasa. Linda nota de todos modos Alberto Assim