martes, 27 de diciembre de 2011

LA PREGUNTA ESTUPIDA

                          LA PREGUNTA ESTUPIDA

En este último mes se viene hablando mucho de la conveniencia o no con respecto a la prohibición de la venta y uso de pirotecnia. Sinceramente hay una muy buena campaña que se desarrolla sobre todo en las redes sociales. Interesantes,  concientizadoras,  se deja allí en claro el daño que hace la pirotecnia no solo en humanos (que son quienes deciden usarla) sino también en animales.  Mueren los pájaros del corazón frente a los tremendos ruidos, mueren también algunos perros o sufren infinitamente tal como si nosotros estuviéramos en  guerra en medio de un bombardeo.
En este sentido ya hay lugares en donde rige la prohibición como alguna comuna bonaerense.  En Merlo San Luis comenzamos apoyando la iniciativa de Carlos Serna (veterinario) y juntamos firmas para lograr que nuestra Intendenta tome una decisión contundente.
Hoy escuchando la radio, un periodista local decía que apoyaba la ley pero no las posturas radicalizadas,  en todo caso (decía) se debe hacer pensando ante todo en los seres humanos y luego en los animales. Y fue allí que como un timbre que suena en la cabeza, comprendí muchas cosas. Comprendí los sentimientos y postura de gran cantidad de personas acá y en el mundo. Y me hice una pregunta estúpida.
Claro, primero está el bienestar del hombre por sobre el de los animales. Hasta las legislaciones lo indican de esa manera. Si uno mata a otra persona va preso. Si en cambio matamos un animal (a lo sumo y en pocos casos) se nos castiga con “alguna sanción”. Hay leyes   que condenan por crueldad animal a penas que no son  importantes. O sea, la diferencia se mantiene animal/hombre. Y generalmente esas leyes ni se cumplen.
¡Qué cosa no?!  Recordé que  los animales no proponen guerras, solo matan para comer y cuando es necesario.  La ayuda que dan en muchos casos  a los hombres en sus tareas. La lealtad y el afecto con sus “dueños”, la cantidad de casos de perros que no se mueven de las tumbas de sus “amos”. Las perras que amamantan gatos huérfanos, o leonas que amamantan hijitos de tigresas etc. Los casos asombrosos como por ejemplo las madres pulpos que no se separan de sus hijos para que otros animales no los coman y mueren  por inanición.
Y también se me vino a la mente la historia del hombre, en donde grandes mayorías nobles han luchado contra esas minorías que imponen leyes repugnantes, que se jactaron de la inquisición, que asesinan millones de niños, mujeres y hombres a cambio de oro, o petróleo. Esas minorías que “adoran prácticas como la caza mayor” como un placer incomparable. La innoble corrida de toros, la tortura y el asesinato en algunos países del oriente para sacarles a los perros el cuero y hacer abrigos. La matanza en ciertos países nórdicos primer mundo en donde como deporte se asesinan lobitos de mar. Y etc. , etc., etc.
Tal vez a muchos les resulte ridículo este planteo pero, ¿no sufre lo mismo un animal que un ser humano cuando se lo tortura? ¿No sufre igual cuando se lo abandona, no siente la misma alegría y  afecto cuando se lo cuida y se lo mima?
Por eso esta nota es simplemente el deseo de hacer una pregunta,  regresar al principio. Se la hago a los que aún creen que es más importante la vida de seres humanos animales que los animales mismos. Aquellos que con buena intención están convencidos sinceramente de esto.
A los que pregonan con convicción ¡La vida de una persona es más importante que la de un animal!..... Y la pregunta estúpida sería ¿Por qué?


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