
Hoy sentimos contradictorias emociones, alegría, indignación, dolor, justicia, y los recuerdos que reviven...¡tanto es el mal que hizo a la Patria, al Pueblo Todo!
Y el agua salvadora de las lágrimas irá apaciguando poco a poco la histórica herida, sin borrar nunca la Memoria de nuestros Amados Desaparecidos, esos que de por vida estarán PRESENTES AHORA Y SIEMPRE.
A él sin embargo, no lo recordaremos más que como un símbolo de la maldad y la muerte, pero no serán jamás ni su nombre ni su rostro una flor o una canción. Ni existirá llanto que lave su ignominia.
Esto siento que vivimos esta jornada, el fuego y el agua, para cada quien como corresponda. Esto sentimos Juan y yo, creo que como la mayoría de los argentinos.
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