Merlo, El Paraíso Que No Es

Merlo: El Paraíso Que No Es

San Luis, como todas las provincias argentinas, tiene sus particulares encantos y lugares realmente fascinantes. Uno de ellos es la ciudad de Merlo, calificada por los turistas como un paraíso. Quien viene por unos pocos días regresa a su lugar de origen con una visión lúdica que muy lejos está de la realidad en cuanto a oportunidades de trabajo y de vida plena.

Sumado a esto la propaganda provincial exhibe logros para los habitantes que poco tienen que ver con la realidad. Merlo está gobernado por un ejecutivo radical, ya que casi todos votában “lo que sea” con tal que no entren los hermanitos autoritarios, quienes promueven casinos antes que trabajo estable y pretenden quedarse con todas las tierras posibles. Los gobiernos radicales siempre estuvieron atados a los “castigos” del Adolfo o del Alberto en cuanto a la coparticipación, pero tampoco desde el poder local se exhibieron políticas realmente progresistas; incluso algunos de ellos dieron la sensación de ser “socios” de los Saa. El profesor Sergio Guardia (Intendente actual) pareció sumarse al Proyecto Nacional de los Kirchner, recibió planes como Manos a la Obra, se construyó el CIC, la Casa del Bicentenario, y partidas para el arreglo de viviendas humildes y construcción de asfaltos etc. Sin embargo nunca fue un Radical K, a la hora de definirse eligió apoyar a Ernesto Sanz y casi nunca puso en las obras los carteles anunciando que el dinero para esos logros provenía de la Nación. Al igual que el Alberto que jamás informó a los puntanos que las escuelas nuevas fueron obra de Cristina que tanta importancia le da a la educación.

En éste sentido Carta Abierta de la Villa de Merlo elaboró un documento muy interesante en el cual demuestra con fundamentos concretos, no hay gran diferencia entre la propuesta Radical y la Saaísta. A todo ello se le suma el oportunismo de Libres del Sur. Recordemos que dicha agrupación –que llegó a sus cargos legislativos y de gestión- de la mano del FPV; luego se apartó del gobierno (¿temeroso tal vez que después de la 125 destituyeran a Cristina?) aunque aún siguen en esos cargos sin la dignidad suficiente para renunciar a los mismos. Oportunismo asqueante que se nota también aquí ya que intentan armar listas con el radicalismo con tal de permanecer en esos mismos puestos.

 Merlo cambió su composición, si hace 10 años la mayoría de sus pobladores eran NIC (nacidos y criados como dicen ellos), hoy la población en su mayoría es porteña, bonaerense, cordobesa, rosarina, etc.

Los que vinimos a vivir a éste lugar, lo hicimos fascinados por su belleza geográfica, la paz de sus sierras, el promocionado microclima. Una parte de éste aluvión (que amplió sustancialmente la cantidad de habitantes en pocos años), se divide en varias franjas. Están los que apuestan al  individualismo (a veces místico), porque se mudaron con sus decepciones políticas y privilegian la conexión con la naturaleza en vez de la construcción colectiva; luego está otro grupo que solo vino a hacer negocios,  les fue muy bien y se mueven en un entorno exclusivo integrándose a la élite local. La tercer franja, por llamarla de alguna manera,  –con poder adquisitivo o no- sigue soñando con un lugar para todos. En este contexto emergieron  fuerzas Kirchneristas que militan día a día consustanciándose con el pueblo; La Campora, La Corriente, Carta Abierta. Y son ellos los que proponen que Merlo sea un lugar con trabajo real (y no como ahora que el 70% de la población trabaja en “Temporada” y en negro) apuestan a la salud ya que el hospital es provincial y (como casi todos los hospitales de San Luis) se ha deteriorado en sus máximos niveles, y a la obra pública sobre todo en los barrios más olvidados.

Trabajan con convicción y alegría, convencidos de esta realidad que es continuar en el 2011 con Cristina al frente de este Proyecto Nacional que hay que importar a cada rincón del país para profundizarlo. Porque los pueblos percibimos nuestra hora, y es ésta la de máxima urgencia, trabajando sin personalismos, haciendo alianzas con otros sectores progresistas, intentar llegar al poder, para evitar en definitiva que nos roben este avance en los logros conquistados, y los por conquistar.