MARIPOSAS

                                                   Mariposas

Cuando era chica me fascinaba correr detrás de las mariposas. Jamás para cazarlas. Si disfrutar de  esos colores, esas formas particulares de diversos tamaños, muy pocas azules, algunas blancas, muchas color naranja; ejercieron un hechizo inolvidable en mi infancia. Eran pocos los meses del mes en que podía disfrutar de sus manchitas en el espacio, por eso verlas llegar era toda una fiesta; así como el olor de los jazmines “olor a navidad mamá”.

Luego conocí, -a través de los mayores- que “cuando uno se enamora se le llena el estómago de mariposas” y que las “mariposas grandes y negras suelen contener el espíritu de nuestros seres queridos muertos”. En fin, también existen quienes las cazan y las pinchan con un alfiler en nombre de su propia perversidad disfrazada en especialidad  científica.

Los años pasaron y cada vez fueron menos las mariposas que pude disfrutar. Por eso cuando veo llegar alguna quedo inmóvil para que no se aleje.

El 25 de mayo de 2003 asumió Néstor Kirchner como presidente de los argentinos, allí estaban acompañando Fidel Castro, Lula, Hugo Chávez, entre otros. En ese momento vivíamos en el Gran Buenos Aires y la calle toda parecía una fiesta. Curiosamente en el jardín vi revolotear dos mariposas blancas. “Qué raro a esta altura del año” –me dije-, pero la felicidad nos impide mayores interrogantes, y ese día… fue una fiesta.

Se precipitaron los años y las buenas noticias, esas a las cuales no estábamos acostumbrados y que nos fueron arreglando la vida a los argentinos. Pero no solo aquí en esta Patria inmensa que habíamos dejado de valorar (desde su bandera hasta su himno) después de tanto maltrato. También en  Brasil, en Venezuela, Bolivia, Uruguay, Paraguay,  Ecuador, entre otros. La utopía se hizo carne en los pueblos, aprendimos a rescatar la calle y los sueños, sobre todo la alegría, esa alegría que provocan las mariposas.  A pesar de los ataques del adversario (que se transformó en enemigo por propia decisión) de los intentos de voltear a quien elegimos después de Néstor para que nos conduzca –Cristina-, a pesar de las infamias, descalificaciones, y mentiras…seguimos adelante.

La adversidad no obstante pareció ensañarse con nuestro conductores, patriotas del alma, primero Dilma con un cáncer que podría abortarla como sucesora de Lula, más tarde  Lugo, que de a poco se fue recuperando. El 27 de octubre de 2010 perdimos a Néstor. Y sentimos el abismo a nuestros pies. Sin embargo la fuerza se comparó con el dolor y una multitud en las calles –o en su casa- prometió desde sus corazones un pacto de lealtad para quien diera la vida por nosotros.  Porque el Flaco “Querido Flaco”dio la vida trabajando, yendo al límite por sus convicciones, incluso dejando de lado la salud  por el bien común, por el sueño que arrastraba desde sus años de universitario.

Hoy nos encontramos con una nueva mala noticia. Hugo Chávez está enfermo, él también tiene cáncer. Y la noticia nos golpeó como un ladrillazo en el estómago. ¿El también? ¿Vamos a perderlo? Pero la consideración de su propia vida lo lleva a ponerse de pie para decir “esto no lo para nadie”.

Y comprendí que es cierto, no lo para nadie si no queremos que  lo paren. Me parece que –sobre todas las cosas- lo que nos demostraron con hechos, quienes aún nos acompañan en la ruta iniciada, y aquel que ya no está pero estará siempre, fue comprender que depende de nosotros: esta vez la resistencia, esta vez la decisión inamovible, esta vez y para siempre asociarnos a la lucha que es para nosotros pero por nosotros, hasta llegar a la meta utópica pero no imposible “de sentir el cachetazo en la cara cuando le pegan a un hermano” como decía Martí.

Disfrutemos de estas mariposas que aparecen pocas veces en la vida para traernos felicidad, que son de diversos colores y tamaños, que nos marcan el sendero para lograr un pueblo feliz. Pero no solo ellas, ahora más que nunca, también  las grandes y obscuras, esas que traen el espíritu de los muertos. A esas, las amo más que a ninguna.